Cuando supe que han hecho beato y ya mismo harán santo a Pío IX, quedé tan acongojado que hube de requerir los servicios de un asesor religioso. El asesor me recibió enseguida. “No tiene usted mucha bulla, ¿eh? –dije, por romper el hielo. “¡Quita, quita, hijo: ninguna! –reconoció-. Y no creas que es porque hay crisis de fe. Lo que pasa es que con esto de la new age la grey se nos está pasando al tarot, a la astrología, a la televidencia…. y a los vendedores de humo tradicionales nos resulta cada vez más dificil colocar nuestro producto.
-Mire usted -me fui al grano-. Yo soy militante de base de la Iglesia. Admito que no frecuento los sacramentos y que hace tiempo que dejó de atormentarme la idea de que sacudírmela más de tres veces después de mear sea masturbación. Sin embargo, me llena de zozobra la noticia de que el anciano, y quizá chocho, Wojtila quiera elevar a los altares a Pío IX. Tengo oído que este Papa era un reaccionario enemigo del progreso, un fanático peligroso cuyo famoso Syllabus, con la lista de los ochenta errores de nuestro tiempo, asestó un golpe mortal al catolicismo liberal que intentaba incoporarse tímidamente a la modernidad. Y lo de la historia del niño Edgardo Mortara le abre las carnes a cualquiera: una criada analfabeta de una familia judía bautiza en el fregadero de la cocina al bebé de la señora. Años después, cuando el niño judío ha cumplido ya los seis años y ella ha perdido el empleo, se lo cuenta a un cura, que hace llegar la noticia a Pío IX y el papa hace secuestrar al niño para educarlo en la fe cristiana. Revuelo internacional ante el abuso y clamor en favor de los atribulados padres del niño secuestrado, pero el papa se lo pasa todo por el arco del triunfo: “Ya pueden escribir lo que quieran los periódicos –declaró- Yo me río de ellos”. El pequeño Mortara no volvió a ver a sus padres, los vaticanos le lavaron el cerebro a fondo y lo ordenaron sacerdote.
En este punto mi asesor religioso me interrumpió para preguntarme:
-¿Tú crees que la Iglesia representa a Cristo y que Cristo representa a Dios’
-Ni lo uno ni lo otro, padre –reconocí.
-Pues entonces ¿para qué te metes en dibujos, hijo?
-Hombre, yo quería informarme para ver si sacaba tema para una columna del periodico, pero ya veo que no. En fin, ya se me ocurrirá algo de aquí a mañana.